Explorando el significado de Juan 15

Por Ray and Star Silverman (Traducido por computadora al Español)
In this photo, entitled Reaching Out, two bean plants are climbing adjacent poles, and they have each reached out a tendril to bridge the gap.

Capítulo Quince

---

La vid y los sarmientos

---

1. Yo soy la Vid verdadera, y Mi Padre es el Viñador.

2. Todo sarmiento que no da fruto en Mí, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto.

3. Ya estáis limpios por la palabra que os he hablado.

4. Permaneced en Mí, y Yo en vosotros; como el sarmiento no puede dar [fruto] de sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí.

5. Yo soy la Vid, vosotros [sois] los sarmientos; el que permanece en Mí, y Yo en él, éste da [da] mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer.

6. Si alguno no permanece en Mí, es echado fuera como pámpano, y se seca; y los recogen, y los echan [al] fuego, y arden.

7. Si habéis permanecido en Mí, y Mis palabras han permanecido en vosotros, pediréis todo lo que queráis, y os será hecho.

8. 8. En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto y seáis mis discípulos.

---

El mensaje del capítulo anterior era principalmente de consuelo y consolación. Comenzando con las tranquilizadoras palabras: "No se turbe vuestro corazón", Jesús dijo a Sus discípulos que iba a prepararles un lugar, que el Espíritu Santo estaría con ellos y que les daría Su paz. Estas fueron algunas de las muchas promesas y garantías que Jesús hizo al comenzar su discurso de despedida. Jesús también les dijo: "Creéis en Dios. Creed también en Mí" (Juan 14:1). Aunque sus corazones estaban turbados, Jesús animó a sus discípulos a creer en Él, a depositar su confianza en Él y a tener fe en Él.

Aunque la fe es fundamental, debe ser más que una mera creencia. La verdadera fe debe expresarse en nuestra vida, especialmente en actos de servicio amoroso. De lo contrario, es como una semilla que no ha sido plantada. Nunca fructificará. Por eso, al concluir la primera parte de su discurso de despedida, Jesús dice a sus discípulos: "Levantaos, vámonos de aquí" (Juan 14:31). Con estas palabras, Jesús exhorta a sus discípulos no sólo a que descansen en la fe, sino a que se levanten y traduzcan esa fe en una acción fructífera. Como dice Jesús en el versículo siguiente: "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda, para que dé más fruto" (Juan 15:1-2). 1

La imagen de una viña es importante. Cada año, justo antes del comienzo de la siguiente estación de crecimiento, el viñador pasa por la viña, primero quitando las ramas muertas, y luego podando las vivas para que puedan producir más fruto. Del mismo modo que una viña debe ser limpiada cada año antes de que pueda empezar a crecer de nuevo, la palabra que Jesús ha pronunciado ha tenido un efecto purificador en sus discípulos. Como dice Jesús: "Ya estáis limpios por la palabra que os he hablado" (Juan 15:3).

Jesús ha enseñado muchas cosas a sus discípulos. Les ha enseñado que la vida es algo más que ambición egoísta y ganancia material. Les ha enseñado sobre el reino de los cielos y las cosas que les impiden experimentarlo. Y lo que es más importante, les ha enseñado que la verdadera fe consiste en creer en Dios y guardar los mandamientos. En resumen, saben lo que tienen que hacer. En ese sentido, están "limpios".

Pero para que sus vidas den fruto, tienen que tomarse a pecho las enseñanzas de Jesús y vivirlas. Es en el hacer, no sólo en el pensar, que los discípulos permanecerán conectados a Jesús. Su amor, sabiduría y poder fluirán en ellos y a través de ellos como la savia de la vid fluye en los sarmientos. Como Jesús les dice: "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí" (Juan 15:4). 2

En Mateo, Marcos y Lucas, Jesús habla del "fruto de la vid" durante la administración de la Santa Cena. En cada uno de esos tres primeros evangelios, Jesús dice a sus discípulos: "No beberé de este fruto de la vid desde ahora hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre" (Mateo 26:29; Véase también Marcos 14:25 y Lucas 22:18). En el Evangelio según San Juan, sin embargo, Jesús no dice nada sobre beber el fruto de la vid en algún momento futuro en el reino de Su Padre. En cambio, Jesús dice a sus discípulos: "Yo soy la Vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, dará mucho fruto. Porque separados de Mí, nada podéis hacer" (Juan 15:5).

No son las palabras de una persona corriente, ni siquiera de una persona muy evolucionada. Son las palabras de Aquel que dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por Mí" (Juan 14:6). Estas son las palabras de Aquel que dijo: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9). Estas son las palabras de Aquel que dijo: "Porque yo vivo, vosotros también viviréis" (Juan 14:19).

Jesús añade a continuación esta advertencia "Si alguno no permanece en Mí, es echado fuera como pámpano y se seca; y los recogen, los echan al fuego y arden" (Juan 15:6). Tomado literalmente, esto suena como la amenaza de un castigo eterno en las llamas del infierno. Sin embargo, más profundamente, la frase "recogidos y arrojados al fuego y quemados" se refiere a una vida que arde con deseos egoístas. Esto incluye "quemarse" con lujuria, "quemarse" con ira, "quemarse" cuando no nos salimos con la nuestra, y sentirse "quemado" porque no descansamos en el Señor. Este es el significado espiritual de "fuego del infierno". 3

Las ramas muertas pueden servir de leña, pero no pueden dar fruto. Tampoco nosotros si no estamos unidos al Señor. En este sentido, la parábola de la vid y los sarmientos advierte contra una vida que se centra meramente en la búsqueda de ambiciones mundanas y en la gratificación de deseos egoístas. Aunque parezcamos muy productivos, si el Señor no está en nuestros esfuerzos, somos sarmientos muertos. Por eso, Jesús compara estos esfuerzos con una rama que es cortada del árbol y arrojada al fuego. 4

Esta parábola no es sólo una fuerte advertencia contra la búsqueda febril de ambiciones mundanas sin descansar en Dios. También es una advertencia contra la ociosidad. Aunque la Palabra enseña que en el cielo descansaremos de nuestros trabajos, no significa que debamos estar ociosos. Simplemente significa que debemos descansar en Dios, en lugar de trabajar por nosotros mismos, sin importar lo que estemos haciendo. En esta parábola, como en muchos otros lugares, Jesús no anima a sus discípulos a estar ociosos, sino a ser fructíferos. Esto se debe a que la alegría celestial está en la utilidad. Es tanto un lugar como un estado mental en el que Dios está trabajando en nosotros y a través de nosotros para que podamos dar fruto. 5

---

“Mi Padre es el Viñador"

---

Cuando Jesús se describe a sí mismo como la Vid Verdadera, se refiere a su Padre como el Viñador. El trabajo del viñador es cuidar de la viña, asegurándose de que las vides están en el mejor estado de salud, asegurando así que seguirán produciendo fruto. Esto incluye cortar regularmente los sarmientos muertos y podar los sarmientos buenos para que produzcan más fruto.

En nuestras propias vidas, los malos deseos y las falsas ideas deben ser cortados porque no tienen vida del Señor en ellos. Son simplemente ramas muertas. El odio, la venganza y la crueldad son algunas de las ramas muertas que deben ser cortadas y quemadas en el fuego.

Al mismo tiempo, puede haber algunos deseos y pensamientos útiles que necesitan poda. Por ejemplo, es normal sentir orgullo por las cosas buenas que hacemos. A lo largo del camino, sin embargo, podemos empezar a ver que hay una alegría intrínseca en una tarea útil, seamos o no recompensados o reconocidos por lo que hacemos. Con el tiempo, llegamos a ver y comprender que toda bondad procede sólo del Señor, que es el Señor en nosotros quien hace el bien, y que está incluso en la alegría que sentimos. En este estado, ya no se trata de orgullo, ni de reconocimiento, ni de remuneración. En cambio, decimos humildemente: "Gracias, Señor". 6

---

Regeneración y glorificación

---

El proceso de quitar las ramas muertas y podar las buenas se refiere, pues, a nuestra regeneración. Lo que es inútil en nosotros, es decir, los deseos y pensamientos que nos llevan a callejones sin salida, el Señor lo quitará misericordiosamente. Y lo que es útil en nosotros, o tiene potencial, el Señor lo podará para que podamos seguir creciendo y convertirnos en personas útiles y fructíferas.

Esto también es cierto en el proceso de glorificación del Señor. En Su caso, las ramas muertas eran las inclinaciones a males de todo tipo que Él heredó a través de Su nacimiento humano. A lo largo de Su vida, estas inclinaciones necesitarían ser cortadas, como ramas muertas. En este sentido, cada ataque de los infiernos le permitió lidiar con otro aspecto de esta herencia, despojándose gradualmente de toda falsedad y de toda inclinación al mal, para que pudiera ser reemplazada por la divinidad que era Su propia alma. 7

Hay que señalar, sin embargo, que el proceso de glorificación de Jesús no es exactamente el mismo que nuestro proceso de regeneración. En el caso de Jesús, el amor divino que había en Él, al que llamaba "el Padre", le permitió prevalecer en todo combate de tentación. Fue a partir de este amor divino, que era su alma misma, que Jesús pudo recibir percepciones divinas que le dieron la capacidad de distinguir entre falsedad y verdad, maldad y bondad.

A causa de estas percepciones divinas dadas desde dentro, Jesús fue capaz de separarse continuamente de lo que era malo y falso mientras recibía lo que era bueno y verdadero. Esto lo hizo durante toda su vida, incluso hasta la cruz. Era un proceso de corte y poda que sólo podía tener lugar debido a las percepciones de la verdad divina que fluían del amor divino dentro de Él. Por eso dice Jesús: "Mi Padre es el Viñador". 8

A diferencia de Jesús, nosotros no tenemos un alma divina. Más bien, tenemos un alma que está diseñada para recibir lo que fluye de Dios a través de Su Palabra. No somos la Vid, y no somos el Viñador. Somos simplemente las ramas que reciben lo que fluye de Dios para que podamos dar fruto. Mientras permanezcamos en Él, y Él permanezca en nosotros, Su verdad y Su bondad fluirán en nosotros con el discernimiento y el poder para vencer en los combates de tentación que inevitablemente enfrentaremos.

Como resultado, los males y falsedades que impidieron nuestro progreso durante tanto tiempo serán cortados, y todo lo que es bueno y verdadero en nosotros será podado -es decir, desarrollado más- para que podamos llegar a ser aún más fructíferos. Como dice Jesús: "Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pediréis todo lo que queráis, y se os hará" (Juan 15:7).

---

“Vosotros seréis Mis discípulos"

---

El objetivo, pues, es dar fruto. Ninguno de nosotros puede producir fruto. Sólo el Señor puede hacerlo. Pero si permanecemos conectados a la fuente, podemos "dar" fruto, igual que las ramas de un árbol sirven como parte del proceso de dar fruto. En la medida en que hacemos esto, glorificamos a nuestro Padre que está en los cielos. Como dice Jesús: "En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto" (Juan 15:9). Servir a los demás desde un corazón amoroso, a través de la verdad que Jesús nos ha dado, es lo que trae gloria a Dios. Esto incluye hacer el trabajo de la propia ocupación con sinceridad, honestidad y diligencia. Así es como damos fruto. 9

A esto Jesús añade las palabras: "así seréis mis discípulos". Esta es la tercera vez en este evangelio que Jesús habla de lo que se necesita para ser Su discípulo. La primera ocasión fue en el capítulo ocho, cuando Jesús dijo: "Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:31-32). Aquí se hace hincapié en la reforma del entendimiento. Se trata de la verdad.

La segunda ocasión fue en el capítulo trece, justo después de que Jesús hubiera lavado los pies de sus discípulos. En ese momento, Jesús les dijo: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35). Aquí se hace hincapié en el desarrollo de una nueva voluntad. Se trata del amor.

Y ahora, en el capítulo quince, Jesús vuelve una vez más al tema de lo que se necesita para ser discípulo. "En esto es glorificado mi Padre", dice. "Que deis mucho fruto: así seréis mis discípulos" (Juan 15:8). Aquí se hace hincapié en permanecer en el Señor para poder llevar una vida útil. Se trata del servicio.

Nos convertimos en discípulos, entonces, cuando la verdad del Señor, y el amor del Señor, se unen en nosotros para que podamos "dar fruto" en alguna forma de servicio útil. 10

---

Una aplicación práctica

---

A menudo se dice que debes "Confiar en ti mismo", "Creer en ti mismo" y "Seguir a tu corazón". Aunque éstas pueden ser afirmaciones alentadoras, si dejan de lado a Dios, pueden ser lugares comunes vacíos. Eso es porque nuestro "corazón", cuando se le deja solo, y sin la guía de la verdad, generará sus propias racionalizaciones para justificar cualquier cosa que nuestra naturaleza inferior desee. Por eso dice Jesús: "Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis todo lo que queráis y os será hecho" (Juan 15:7). En ese caso -cuando las palabras de Jesús están en nosotros- podemos seguir a nuestro corazón y sus deseos. Como está escrito en las escrituras hebreas: "Confía en el Señor y haz el bien... y Él te concederá los deseos de tu corazón" (Salmos 37:3-4). Como aplicación práctica, entonces, ten cuidado con aceptar dichos que no estén relacionados con la vid. Como dice Jesús: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.... Separados de Mí no podéis hacer nada" (Juan 15:5).

---

Amaos los unos a los otros

---

9. Como el Padre me ha amado, yo también os he amado; permaneced en mi amor.

10. Si guardáis Mis mandamientos, permaneceréis en Mi amor, como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre, y permanezco en Su amor.

11. Estas cosas os he hablado, para que Mi gozo permanezca en vosotros, y [para que] vuestro gozo sea colmado.

12. Este es Mi mandamiento: que os améis unos a otros, como Yo os he amado.

13. Nadie tiene mayor amor que el que da su alma por sus amigos.

14. Vosotros sois Mis amigos, si hacéis todo lo que Yo os mando.

15. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

16. Vosotros no me habéis elegido a Mí, sino que Yo os he elegido a vosotros y os he puesto para que vayáis y deis [fruto], y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en Mi nombre os lo dé.

17. Estas cosas os mando, para que os améis unos a otros.

---

La enseñanza de Jesús sobre la vid y los sarmientos es un poderoso recordatorio de que necesitamos permanecer conectados a la vid si queremos dar fruto. En la siguiente sección del discurso Jesús entra en más detalles sobre lo que se necesita para permanecer unido a la vid. Dice: "Como el Padre me amó, yo también os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor" (Juan 15:9-10).

La clave, pues, para permanecer unido a la vid es guardar los mandamientos, y hacerlo desde el amor. "Si guardáis Mis mandamientos", dice Jesús, "permaneceréis en Mi amor". Como resultado, experimentaremos la plenitud de la alegría. "Estas cosas os he hablado -dice Jesús- para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea pleno" (Juan 15:11). Para asegurarse de que sus discípulos lo entienden, Jesús repite sus instrucciones sobre lo que se necesita para permanecer unido a la vid. Dice: "Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado" (Juan 15:12).

Esto es exactamente lo que Jesús dijo a sus discípulos después de lavarles los pies. Aquí lo repite de nuevo. A esto añade las siguientes palabras "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos" (Juan 15:13).

La palabra que aquí se traduce como "vida" es en realidad psychēn (ψυχὴν) que también puede traducirse como "alma", "mente" o "espíritu". Esto nos lleva más profundamente. Sugiere que "dar la vida" no sólo se refiere a dar la vida en el campo de batalla físico. También somos llamados al frente de batalla espiritual, donde entregamos toda emoción negativa y apego egoísta. Esto podría incluir, entre otras cosas, el odio, el resentimiento, la autocompasión, la envidia, el desprecio y el miedo.

En general, despojarnos de nuestra vida es subordinar voluntariamente nuestros amores a nosotros mismos y al mundo, que nos parecen grandes, por un amor mucho mayor: el amor a Dios y el amor al prójimo. Esto es lo que significa "dar la vida por los amigos". No hay amor más grande.

Jesús dice entonces: "Vosotros sois mis amigos si hacéis todo lo que yo os mando" (Juan 15:14). Nuestra relación con Dios comienza en la simple obediencia. Pero llega un momento en que ya no hacemos lo que Dios manda por mera obediencia. Más bien, empezamos a comprender. Vemos el razonamiento en las palabras de Dios. Tiene sentido para nosotros. Por eso Jesús dice: "Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Pero a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer" (Juan 15:15). 11

A medida que nuestro desarrollo espiritual continúa, comenzamos a ver no sólo el razonamiento dentro de las palabras de Jesús, sino también la bondad dentro de Su verdad, especialmente cuando aplicamos esa verdad a nuestras vidas y experimentamos los cambios internos que se producen. A medida que crecemos en nuestro amor por Dios y por los demás, este amor se manifiesta en nuestras vidas como un servicio útil. Es entonces cuando nos damos cuenta de que todo este proceso -desde la obediencia hasta la comprensión y el amor- ha sido obra del Señor, y no nuestra. Como dice Jesús en el versículo siguiente: "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca" (Juan 15:16). 12

Aunque la apariencia es que hemos elegido a Dios, la realidad es que Dios siempre ha estado presente, instando silenciosa y suavemente a ser recibidos. Ha sido el Señor, todo el tiempo, quien primero inició el proceso y luego nos guía a través de él. En secreto, sin que nos demos cuenta, el Señor ha estado trabajando en nosotros durante toda nuestra vida. En nuestra primera infancia y niñez, el Señor nos dio la oportunidad de amar a nuestros padres, cuidadores, maestros, hermanos y compañeros de juego. Así nos "eligió", antes incluso de que nosotros le eligiéramos a Él. 13

En nuestros mejores momentos, nos encantaba complacer a nuestros padres, ya fuera haciéndoles un dibujo, ayudando a dar de comer a las mascotas o barriendo el suelo de la cocina. Puede haber habido momentos en los que sentíamos simpatía por los demás, compartíamos alegremente nuestros juguetes o decíamos humildemente la bendición antes de una comida. También puede haber habido momentos en los que nos hemos sentido queridos y protegidos, como cuando nos sentábamos en el regazo de uno de nuestros padres a escuchar un cuento, o cuando cogíamos la mano de uno de nuestros abuelos durante un paseo, o cuando nos dormíamos en brazos de nuestra madre mientras nos cantaba una nana o rezaba una oración. Estas tiernas impresiones nunca se pierden. De hecho, pueden permanecer para siempre. 14

Una forma sencilla de referirse a estos estados benditos que pueden permanecer para siempre es llamarlos "restos". Pero esto no debe confundirse con el término más común que sugiere restos de comida, una reliquia antigua o el cuerpo de un animal o persona fallecida. En el sentido más elevado y sagrado, el término "restos" se aplica a todo estado de bondad y verdad que hay en nosotros: estados que se nos dieron gratuitamente cuando éramos niños y bebés, estados que el Señor conserva maravillosamente en nosotros y que permanecerán durante toda nuestra vida. A través de ellos nos hacemos capaces de recibir la verdad del Señor. 15

De niños, recibimos estos estados libremente. Sin embargo, llega el momento en que debemos pedir recibir estos estados amorosos y las cualidades que los sustentan para poder seguir dando fruto. Por eso, Jesús dice: "Todo lo que pidáis al Padre en Mi nombre, Él os lo dará" (Juan 15:16). 16

El "nombre" del Señor son sus cualidades para con nosotros. Sin embargo, para hacer nuestras estas cualidades, necesitamos practicarlas conscientemente hasta que se conviertan en nuestra nueva naturaleza -o segunda naturaleza, por así decirlo. Por esta razón, Jesús concluye esta sección del discurso con la admonición tantas veces repetida: "Esto os mando: que os améis los unos a los otros" (Juan 15:17).

---

Una aplicación práctica

---

El mandamiento de amarnos los unos a los otros se ha repetido con frecuencia a lo largo de esta parte del discurso de despedida. Sólo a través de la práctica continua de amarnos unos a otros puede el amor del Señor convertirse en parte de nuestra nueva naturaleza superior. Aunque tendamos a creer que somos "básicamente buenas personas", esto sólo se debe a que el Señor nos ha dotado desde nuestro nacimiento con restos de bondad y verdad. Pero estos dones no se convierten en parte de nosotros hasta que los utilizamos consciente y continuamente. Por lo tanto, como aplicación práctica, aprovecha cada oportunidad para actuar con pensamientos e intenciones amorosas. Para ayudarte en el proceso, recuerda tus "restos", esos estados de bendición que guardas en tu interior. Esto puede incluir momentos en los que amaste espontáneamente a tus padres, cuidadores y amigos, momentos en los que te sentiste amado, cuidado y protegido, y momentos en los que tuviste la sensación de la presencia de Dios en tu vida. La evocación de recuerdos concretos será de gran ayuda. Llénate de estas reflexiones, recordando que estos estados fueron anticipos de la alegría celestial que experimentarás cada vez que practiques el mandamiento de Jesús: "Amaos los unos a los otros."

---

"Me odiaban sin causa"

----

18. Si el mundo os odia, sabed que a Mí me odió antes que a vosotros.

19. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, sino que Yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia.

20. Acordaos de la palabra que os dije: El siervo no es mayor que su señor. Si a Mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado Mi palabra, también guardarán la vuestra.

21. Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

22. Si yo no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen pretexto para su pecado.

23. El que me odia a Mí, odia también a mi Padre.

24. Si no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y me odian a Mí y a Mi Padre.

25. Pero [esto sucede] para que se cumpla la Palabra que está escrita en su Ley: Me odiaron sin causa.

---

Cuando Jesús comenzó su discurso de despedida, su mensaje estaba lleno de palabras de consuelo y seguridad. Luego pasó a exhortar a sus discípulos a permanecer en Él, como el sarmiento debe permanecer en la vid para que dé fruto. También les dijo que la manera de permanecer unidos a Él era guardar sus mandamientos y, sobre todo, amarse los unos a los otros.

Jesús les dice todo esto sabiendo que le esperan grandes dificultades, tanto a Él como a sus discípulos. Por eso, Jesús les dice: "Si el mundo os odia, sabéis que a mí me ha odiado antes que a vosotros" (Juan 15:18). A nivel literal, Jesús está diciendo que habrá gente que odiará a los discípulos por su voluntad de seguirle y proclamar su mensaje. De hecho, la historia registra que muchos cristianos sufrieron crueles persecuciones. Por ejemplo, Esteban, uno de los primeros seguidores de Jesús, fue apedreado hasta morir (ver Hechos 7:56-60), Santiago, hermano de Juan, fue ejecutado a espada (véase Hechos 12:2), Pedro fue encarcelado (véase Hechos 12:3-6), y Juan fue desterrado a la isla llamada Patmos (ver Apocalipsis 1:9).

A un nivel más profundo, Jesús está hablando del tipo de persecuciones internas que experimentaremos cuando nos esforcemos por vivir de acuerdo con nuestra fe en Él y en sus enseñanzas. La lucha por superar nuestras inclinaciones heredadas y adquiridas al mal no será fácil. A cada paso que demos en nuestro avance ascendente, le seguirá una tendencia igual y opuesta que nos hará retroceder. En la medida en que nos sintamos cómodos con nuestros sentimientos, pensamientos y comportamientos destructivos, incluso normalizándolos, más difícil será liberarnos de sus garras. Los deseos mundanos y las dudas inmovilizadoras estarán en guerra contra las aspiraciones espirituales y la fe en Dios.

Pero Jesús asegura a sus discípulos que, mientras continúen siguiéndole, no se dejarán dominar por esos deseos y dudas. No obstante, seguirán encontrando oposición. Como dice Jesús: "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia" (Juan 15:19).

Jesús les recuerda entonces su enseñanza anterior, cuando les habló de por qué estaba dispuesto a lavarles los pies. Repitiéndolo una vez más, pero en este nuevo contexto, Jesús dice: "El siervo no es mayor que su señor" (Juan 15:20; Véase también Juan 13:16). En el contexto anterior, Jesús estaba diciendo que si Él, su Señor y maestro, estaba dispuesto a lavarles los pies, ellos deberían estar dispuestos a lavarse los pies unos a otros. En este nuevo contexto, Jesús está diciendo que si Él va a ser perseguido, sus discípulos deben entender que ellos también serán perseguidos. Como dice Jesús: "Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán" (Juan 15:20).

Al igual que Jesús es perseguido por la verdad que vino a enseñar, también los discípulos serán perseguidos. La persecución, sin embargo, tiene lugar tanto a nivel externo como interno. Externamente, habrá personas que se opondrán violentamente a lo que los discípulos tienen que decir, al igual que los escribas y fariseos se opusieron a Jesús y conspiraron para matarlo. Al mismo tiempo, también habrá oposición interna por parte de espíritus malignos que odian la verdad. Después de todo, cuando la luz de la verdad brilla sobre ellos, los espíritus malignos huirán por sus vidas o lucharán cruelmente, esforzándose por apagar esa luz. Como está escrito anteriormente en este evangelio, "Todo el que hace el mal odia la luz, y no quiere venir a la luz por miedo a que sus obras sean expuestas" (Juan 3:20). 17

En un tono más alegre, Jesús añade que "si ellos han guardado mi palabra, también guardarán la tuya" (Juan 15:20). Aunque habrá persecuciones severas por parte de los que odian la verdad, también habrá una recepción agradecida entre los que aman la verdad. Esto no sólo es cierto en el plano exterior de nuestras vidas, sino también en el plano interior. Hay estados en nosotros que se regocijarán al escuchar la verdad. Servirá para alimentar, fortificar y sostener todo lo que en el fondo de nuestro corazón hemos creído que es verdad. Cuando la buena semilla cae en buena tierra, da buen fruto.

Esta bondad interior, como mencionamos anteriormente, es un don del Señor llamado "restos". Se nos da gratuitamente en la infancia y en los primeros años de vida, para que seamos capaces de acoger la verdad cuando nos llega. Hay otros momentos, también, a lo largo de nuestra vida, en los que se remueven restos de bondad profundamente arraigados, y se implantan secretamente nuevos restos, especialmente relacionados con la comprensión de la verdad. 18

Estos restos, o impresiones santas, se dan gratuitamente y nunca se quitan. Ya sea que los llamemos misericordia, gracia, amor, compasión o ternura, todos son "el nombre del Señor", los atributos y cualidades de Dios con nosotros. Incluso los individuos más corruptos conservan restos. Desgraciadamente, han suprimido estas cualidades de ternura en sí mismos hasta tal punto que los restos son prácticamente inexistentes en ellos.

Desprovistos de amor, odian el nombre de Dios, es decir, las cualidades de Dios. Y están decididos a perseguir a cualquiera que se atreva a compartir la verdad con ellos. Hablando de esta condición, Jesús dice a sus discípulos: "Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió" (Juan 15:21).

Jesús está diciendo a Sus discípulos que los individuos corruptos no saben, ni quieren saber, lo que es la verdad, lo que es el amor o quién es Dios. A esto se refiere Jesús cuando dice: "No conocen al que me envió". Este ha sido el caso durante todo el ministerio de Jesús. Cada vez que Jesús revelaba Su naturaleza divina a través de Sus palabras y acciones, los escribas y fariseos se oponían violentamente a Él. Cuando Jesús perdonaba los pecados, lo acusaban de blasfemo. Cuando Jesús curaba a los enfermos, le acusaban de trabajar en sábado. Nada de lo que Jesús decía o hacía podía convencerlos.

Por eso, Jesús dice ahora: "Si yo no hubiera venido a hablarles, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa de su pecado" (Juan 15:22). Los escribas y fariseos simplemente no querían creer lo que Jesús tenía que decir; ni se conmovieron por sus habilidades milagrosas. Su odio tanto a la verdad como al amor del que procede era demasiado fuerte. Como dice Jesús: "El que me odia a mí, odia también a mi Padre" (Juan 15:23).

En sentido literal, Jesús se refiere a los escribas y fariseos que le odiaban porque sus palabras y acciones habían puesto al descubierto su hipocresía y corrupción. Antes de la venida de Jesús, habían mantenido su poder y atemorizado a la gente mediante su rígida interpretación de las Escrituras, especialmente a través de su descripción de Dios como colérico, castigador y vengativo.

A lo largo de este evangelio, Jesús ha sido muy claro sobre la naturaleza corrupta de los escribas y fariseos. También les ha estado presentando la verdad todo el tiempo, pero no es lo que ellos quieren oír. Por supuesto, ninguno de nosotros puede ser considerado responsable de lo que no sabe. Pero cuando se nos presenta la verdad, y cuando se deja bien claro que la verdad está llena del amor de Dios, la situación es diferente. Si nos apartamos, diciendo: "Eso no es lo que quiero oír", especialmente porque no apoya los deseos de nuestra naturaleza inferior, hemos traído sobre nosotros nuestra propia condenación. Como dice Jesús: "Si no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y también me han odiado a mí y a mi Padre" (Juan 15:24).

Al concluir esta parte de su discurso de despedida, Jesús asegura a sus discípulos que todo esto sucederá porque es necesario para que se cumplan las Escrituras. Como dice Jesús: "Pero todo esto es para que se cumpla lo que está escrito en la Ley: 'Me odiaron sin causa'" (Juan 15:25). La afirmación "Me odiaron sin causa" se encuentra en Salmos 35:19 donde está escrito: "Que no se regodeen de mí mis enemigos sin causa, ni los que me odian sin razón". De nuevo, en Salmos 69:4 está escrito: "Los que me odian sin causa superan en número a los cabellos de mi cabeza", y en Salmos 109:3 está escrito: "Me rodean de palabras odiosas y me atacan sin causa".

No puede haber causa justa para odiar lo que es honorable y noble en un semejante. Tampoco puede haber ninguna causa justa para odiar lo que es bueno y verdadero en el Señor. Todo ataque a la verdad y toda persecución de la bondad tienen su origen en una causa injusta, es decir, en el infierno. Los espíritus infernales tienen arraigada la antipatía contra todo lo que es bueno y verdadero, y especialmente la antipatía contra Jesús, a quien decidieron asesinar. Su odio contra Jesús era profundo y penetrante. Lo odiaban sin causa. 19

---

Una aplicación práctica

---

Siempre que surge un conflicto en nuestro interior, especialmente cuando se trata de nuestro deseo de vivir de acuerdo con la verdad, habrá un combate. Es un conflicto de malos deseos contra buenas intenciones, con el mal atacando a través de la falsedad, y el bien defendiendo a través de la verdad. En todo combate de esta naturaleza, nuestro único medio de defensa es la verdad de la Palabra del Señor. Para nosotros, este combate puede parecer sólo ansiedad. Pero ocurre mucho más. El Señor mismo está trabajando a través de la verdad que hemos traído a la mente para disipar la falsedad y proteger la bondad. Así es como el Señor nos da la victoria en tiempos de tentación. Por lo tanto, como una aplicación práctica, cuando te encuentres en un conflicto, ya sea externo o interno, que sea un tiempo para elevarse más alto, confiando en el Señor y la verdad de Su Palabra. No cedas. Como está escrito en las escrituras hebreas, "Cuanto más los afligían, tanto más se multiplicaban y crecían" (Éxodo 1:12). 20

---

“Cuando venga el Consolador"

---

26. Y cuando venga el Consolador, que yo os enviaré del Padre, el espíritu de la Verdad, que sale del Padre, éste dará testimonio acerca de mí.

27. Y vosotros también testificaréis, porque estáis conmigo desde el principio.

---

La verdad que nos defiende y fortalece en tiempos de tentación se llama el "Consolador". Es la seguridad de la presencia del Señor. Como dice Jesús: "Y cuando venga el Consolador, que Yo os enviaré del Padre, el espíritu de la Verdad, que sale del Padre, éste dará testimonio acerca de Mí" (Juan 15:26). Una de las funciones del Consolador, pues, es recordarnos que el Señor está presente. Como dijo Jesús a sus discípulos en el capítulo anterior: "No os dejaré solos; vendré a vosotros" (Juan 14:8).

La palabra griega, que se traduce como Consolador, es Paraklētos (Παράκλητος). Significa, literalmente "venir al lado" de para que significa "al lado" y kletos que significa "llamado, o invitado". Por esta razón, también se ha traducido como "Ayudante" o "Abogado." En cualquier caso, prefiramos el término "Consolador", "Ayudante" o "Abogado", sugiere que no estamos solos en los combates de la tentación. No somos huérfanos. Podemos invitar al Señor a estar a nuestro lado.

También es importante señalar que Jesús se refiere constantemente al Consolador, o Ayudante, o Abogado, como el Espíritu Santo. Por ejemplo, hacia el final del capítulo anterior, Jesús dijo a sus discípulos: "El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:26). 21

Antes de su crucifixión y resurrección, Jesús habla constantemente del envío del Consolador y de la venida del Espíritu Santo en tiempo futuro. Esto se debe a que el proceso de glorificación aún no se ha completado. Como Juan dijo anteriormente en este evangelio, "El Espíritu Santo aún no estaba, porque Jesús aún no había sido glorificado" (Juan 7:39). Pero el momento de ese acontecimiento futuro se acerca cada vez más. Por eso Jesús dice: "Cuando venga el Consolador... éste dará testimonio acerca de mí" (Juan 15:26).

En otras palabras, una vez que Jesús sea glorificado, y ya no esté con ellos en Persona, vendrá a ellos de nuevo-no en la forma material que tomó mientras estuvo con ellos en el mundo, sino, más profundamente, estará con ellos en espíritu. Jesús estará con ellos en todo momento como Espíritu Santo, incluso en medio de sus adversidades. Él estará allí para consolarlos, para fortalecerlos, y para traer Su verdad, y el espíritu de Su verdad, a su memoria.

Así como Jesús viene a nosotros como el Espíritu Santo, trayendo a nuestra memoria la verdad que da testimonio de Él, a nosotros también se nos dará la misión de dar testimonio a otros acerca de Jesús. Él no sólo ha estado con nosotros en nuestra infancia y niñez, sino también a lo largo de todo el proceso de nuestra regeneración. Como dice Jesús: "Y vosotros también daréis testimonio, porque habéis estado conmigo desde el principio" (Juan 15:27). 22

---

Una aplicación práctica

---

Mientras que el tono predominante del capítulo anterior era de consuelo y consolación, este capítulo culmina centrándose en el odio y la persecución a los que se enfrentarán los discípulos, especialmente cuando se esfuercen por dar testimonio de Jesús. Durante estos tiempos de persecución, su única esperanza de superación será permanecer conectados a la Vid, es decir, permanecer en la verdad que Jesús les ha dado, especialmente la verdad de que deben amarse los unos a los otros. Como aplicación práctica, entonces, estén conscientes de que vendrán persecuciones. Surgirán dudas. Sentirás la tentación de abandonar tus metas más elevadas y tus aspiraciones espirituales. Este es el momento de permanecer conectado con Dios, morando en Su Palabra y permitiéndole que te recuerde la verdad que necesitas en este momento. Invoca Su nombre. Es decir, ruega por Su valor en lugar del miedo. Ora por Su comprensión en lugar del resentimiento. Ruega por Su paz en lugar de la ansiedad. De esta manera, Dios estará contigo como el Ayudador, el Espíritu de la verdad, el que te apoyará, te fortalecerá y luchará por ti durante los momentos de tentación. Avanza en el nombre del Señor. 23

---

Notas a pie de página:

1Arcana Coelestia 2839: “La caridad sin fe no es verdadera caridad, y la fe sin caridad no es fe. Para que haya caridad, debe haber fe; y para que haya fe, debe haber caridad; pero lo esencial mismo es la caridad; porque en ningún otro terreno puede implantarse la semilla que es la fe. De la conjunción de ambas mutua y recíprocamente nace el matrimonio celestial, es decir, el reino del Señor. Si la fe no se implanta en la caridad, es mero conocimiento de memoria, pues no va más allá de la memoria. No hay afecto del corazón que la reciba. Pero cuando se implanta en la caridad, es decir, en la vida, se convierte en inteligencia y sabiduría."

2Explicación del Apocalipsis 650:40: “Las palabras 'el árbol dará su fruto' significan la producción del bien de la vida a través del conocimiento [del bien y la verdad]. Esto se debe a que un 'árbol' significa ... una mente imbuida de conocimientos, y 'fruto' significa el bien de la vida". Véase también Sobre el Amor Conyugal y Sobre el Amor Inmoral 135: “Un árbol simboliza una persona; y su fruto, la bondad de la vida. El árbol de la vida simboliza, pues, a la persona que vive de Dios, o a Dios que vive en la persona. Y como el amor y la sabiduría y la caridad y la fe o el bien y la verdad constituyen la vida de Dios en la persona, el árbol de la vida simboliza estas cualidades, de las que la persona tiene vida eterna."

3La Verdadera Religión Cristiana 455: “El infierno disfruta de los placeres de todo tipo de maldad; es decir, el placer del odio, de la venganza, de matar; el placer de saquear y robar; el placer del abuso verbal y la blasfemia; el placer de negar a Dios y profanar la Palabra.... La gente malvada arde con estos placeres como antorchas en el fuego. Estos placeres son lo que la Palabra entiende por fuego del infierno". Ver también Apocalipsis revelado 766:2: “Las personas que están en el amor de sí mismo arden de ira ... y se inflaman de odio y venganza contra los que se les oponen." Véase también Arcana Coelestia 10038: “La frase 'arder con fuego' significa el amor propio que consume todos los bienes y la verdad de la fe con una persona ... es lo que se entiende por 'fuego del infierno' ".

4Arcana Coelestia 3147:7: “Las buenas obras son malas obras a menos que se eliminen aquellas cosas que son del amor a uno mismo y al mundo; porque cuando las obras se hacen antes de que éstas hayan sido eliminadas, en verdad parecen buenas exteriormente, pero son malas interiormente; porque se hacen o por la reputación, o por ganancia, o por el honor de uno mismo, o por recompensa.... Pero cuando se eliminan estos males, el amor celestial y el amor espiritual fluyen desde el Señor hacia las obras y hacen que sean amor y caridad en acción."

5Arcana Coelestia 6410: “El deleite del bien y la complacencia de la verdad que causan la bienaventuranza en el cielo, no consisten en la ociosidad, sino en la actividad; porque en la ociosidad el deleite y la complacencia se convierten en falta de deleite y desagrado; pero en la actividad, el deleite y la complacencia son permanentes y se elevan constantemente, y causan la bienaventuranza." Véase también Caridad 168: “Todo trabajador que mira al Señor y rehúye los males como pecados, rehúye la ociosidad, porque es la almohada del diablo".

6Arcana Coelestia 548: “La naturaleza misma del amor es encontrar su alegría en el servicio a los demás, no por el bien de uno mismo, sino por el propio bien del amor". Ver también La Nueva Jerusalén y su Doctrina Celestial 105: “Los que tienen como fin el amor propio y el amor al mundo... no pueden comprender que querer y hacer el bien al prójimo sin buscar recompensa hace el cielo en una persona, y que inherente a este afecto hay una felicidad tan grande como la de los ángeles en el cielo." Ver también Apocalipsis revelado 949:2: “Una 'recompensa' es una bendición intrínseca llamada 'paz'... y ésta proviene únicamente del Señor".

7La Nueva Jerusalén y su Doctrina Celestial 295: “Cuando el Señor glorificó plenamente Su humanidad, entonces se despojó de la humanidad que heredó de Su madre, y se vistió de la humanidad que heredó del Padre, que es la humanidad Divina." Véase también La doctrina de la Nueva Jerusalén respecto a La Doctrina de la Nueva Jerusalén sobre el Señor 12: “Se sabe en la Iglesia que el Señor venció a la muerte, por la que se entiende el infierno, y que después ascendió con gloria al cielo. Pero aún no se sabe que el Señor venció a la muerte, o infierno, por medio de combates, que son tentaciones, y que al mismo tiempo por ellas glorificó a su Humanidad; y que la pasión de la cruz fue el último combate o tentación por medio del cual efectuó esta conquista y glorificación..... Las tentaciones no son otra cosa que combates contra los infiernos".

8Arcana Coelestia 2500:2: “La instrucción del Señor... fue por revelaciones continuas, y así por percepciones y pensamientos divinos de Sí mismo, es decir, de Su divinidad; cuyas percepciones y pensamientos implantó en inteligencia y sabiduría divinas, y esto hasta la perfecta unión de Su humano con Su divino. Esta manera de hacerse sabio no es posible con ninguna persona; porque fluía de lo divino mismo, que era lo más íntimo Suyo, siendo del Padre, de quien fue concebido; así del Amor Divino Mismo, que sólo el Señor tenía."

9Sobre el Amor Conyugal y Sobre el Amor Inmoral 9[4]: “La glorificación de Dios... significa producir los frutos del amor, es decir, realizar el trabajo de la propia ocupación con fidelidad, honradez y diligencia. Porque éste es el efecto del amor a Dios y del amor al prójimo".

10Sobre el Amor Conyugal y Sobre el Amor Inmoral 10[7]: “Las alegrías del cielo y la felicidad eterna no tienen que ver con la ubicación, sino con el estado de vida de una persona. El estado de vida celestial proviene del amor y la sabiduría. Y como el servicio útil es el recipiente que contiene tanto el amor como la sabiduría, el estado de vida celestial proviene de la combinación de ambos en el servicio útil." Ver también La verdadera religión cristiana 737:3: “El deleite del alma ... proviene del amor y la sabiduría del Señor. El amor es lo que produce este deleite, y la sabiduría es cómo lo produce. Tanto el amor como la sabiduría encuentran un hogar en el efecto que producen, y ese efecto es útil.... En un jardín celestial paradisíaco, no hay una sola cosa, ni siquiera la más pequeña hojita, que no provenga del matrimonio del amor y la sabiduría en la utilidad. Por lo tanto, si tenemos ese matrimonio dentro de nosotros, entonces estamos en un paraíso celestial, y por lo tanto en el cielo mismo."

11Arcana Coelestia 8979:2: “La persona de la iglesia externa actúa por obediencia porque así se le ha ordenado. De esto se deduce que la persona de la iglesia interna es libre, pero la persona de la iglesia externa es relativamente sierva. Quien actúa desde el afecto del amor, actúa desde la libertad, pero la persona que actúa desde la obediencia no actúa desde la libertad, pues obedecer no es libertad."

12Explicación del Apocalipsis 409:9: “Que no son siervos, sino amigos o personas libres que reciben del Señor la verdad divina en la doctrina y en la vida, lo enseñan estas palabras: 'Si hacéis todo lo que yo os mando, ya no os llamo siervos, sino amigos'. También lo enseñan estas palabras: 'Todo lo que oí de mi Padre, os lo he dado a conocer, para que vayáis y deis fruto'. Mandar y dar a conocer se refiere a la doctrina, y dar fruto se refiere a la vida. Que éstas proceden del Señor se enseña así: 'No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros y os he destinado'."

13La Verdadera Religión Cristiana 498: “El Señor está presente en todos a través de la libertad humana. En esa libertad, y a través de esa libertad, el Señor está constantemente urgiendo a las personas a recibirle. Al mismo tiempo, sin embargo, Él nunca quita ni retira esa libertad. Esto se debe a que ninguna acción espiritual puede permanecer si no se realiza en libertad. Por eso, puede decirse que es esta libertad la que permite al Señor habitar en el alma de una persona".

14Arcana Coelestia 561: “Los restos no son sólo los bienes y verdades que el hombre ha aprendido de la Palabra del Señor desde la infancia, y que así ha impreso en su memoria, sino también todos los estados derivados de ella, como los estados de inocencia desde la infancia; los estados de amor hacia los padres, hermanos, maestros, amigos; los estados de caridad hacia el prójimo, y también de piedad hacia los pobres y necesitados; en una palabra, todos los estados de bien y de verdad. Estos estados, junto con los bienes y verdades impresos en la memoria, se llaman restos..... El Señor conserva estos estados en las personas de tal manera que no se pierde ni el más mínimo de ellos.... Cuando los estados de maldad y falsedad se repiten -pues todos y cada uno de ellos, incluso los más pequeños, también permanecen y regresan- entonces estos estados son templados por el Señor por medio de los estados buenos."

15Arcana Coelestia 10110:4: “El bien se implanta en las personas desde la infancia para que sea un plano de recepción de la verdad".

16Explicación del Apocalipsis 295:3: “La razón por la que se dice que todo lo que quieran y pidan se les hará a los que permanecen en el Señor, y en quienes permanecen sus palabras, es que en tal caso no quieren sino lo que el Señor les da a querer, y esto es bueno, y lo bueno viene de Él mismo." Ver también Apocalipsis Revelado 951: “Las personas que están en el Señor no desean y, por tanto, no piden nada que no venga del Señor; y todo lo que desean y piden al Señor, les llega a ..... Los ángeles en el cielo sólo tienen que desear algo para obtenerlo. Esto se debe a que sólo desean cosas que puedan serles útiles, deseándolas como si vinieran de ellos mismos, pero de hecho vienen del Señor".

17Arcana Coelestia 59: “En la hora del conflicto, están presentes los espíritus malignos que odian absolutamente todo lo que es bueno y verdadero, es decir, todo elemento de amor y fe en el Señor, elementos que son los únicos buenos y verdaderos porque contienen la vida eterna. Véase también Arcana Coelestia 2349:2: “Los que están contra el bien de la caridad están contra el Señor; o lo que es lo mismo, los que están en el mal odian la luz y no vienen a la luz. La "luz" es la fe en el Señor, y es el Señor mismo".

18Arcana Coelestia 1906:2-3: “Sin restos, que son estados de bondad ... las personas serían más salvajes que cualquier animal. Estos estados de bondad son dados por el Señor e implantados en la disposición natural de una persona cuando ésta no es consciente de ello. En etapas posteriores de la vida, las personas siguen recibiendo restos, pero son estados que tienen más que ver con la verdad que con la bondad.... Permiten pensar y también comprender lo que es bueno y verdadero tanto en la vida pública como en la privada.... Por 'restos' se entienden todos aquellos estados por los que una persona se convierte en ser humano, siendo el Señor el único que hace la obra".

19Arcana Coelestia 5061: “Con respecto a los que tienen odio sin causa .... Cuando tales espíritus se limitan a percibir la esfera de la persona a quien han odiado, respiran su destrucción.... Porque el odio es opuesto al amor y a la caridad, y es una aversión, y como una antipatía espiritual; y por consiguiente, en el momento en que tales espíritus perciben en la otra vida la esfera de la persona contra la cual han sentido odio, entran como en una furia." Véase también Arcana Coelestia 3340: “En el infierno, hay una rabia maníaca contra lo que es bueno y verdadero, y sobre todo contra el Señor.... Si el Señor no estuviera constantemente haciendo retroceder esa rabia, todo el género humano perecería". Ver también Explicación del Apocalipsis 1013:4: “El odio de los espíritus infernales es contra todos los que están en el bien... Es un fuego que arde con el ansia de destruir almas. Además, esto no es por odio contra aquellos a quienes intentan destruir, sino por odio contra el Señor mismo. Ahora bien, puesto que un humano es un humano del Señor, y el humano que es del Señor es bueno y verdadero, y puesto que los que están en el infierno están, por odio contra el Señor, deseosos de matar al humano, que es bueno y verdadero, se deduce que el infierno es la fuente del asesinato mismo."

20Arcana Coelestia 6663: “Antes de que las personas que han vivido la vida de los mandamientos del Señor puedan ser elevadas al cielo y unidas a las sociedades de allí, son infestadas por los males y falsedades que les pertenecen para que estos males y falsedades puedan ser eliminados..... Espíritus que están en males y falsedades similares están presentes, y trabajan por todos los medios para alejarlos de la verdad y el bien. Pero aún así no están tan profundamente inmersos en sus males y falsedades que la afluencia a través de los ángeles del Señor no pueda prevalecer; y el equilibrio se mantiene con exactitud. El propósito de esto es, que las personas que están infestadas puedan parecer a sí mismas estar en libertad, y así luchar contra los males y falsedades de sí mismas, sin embargo, con el reconocimiento, si no en el momento, pero después, que todo el poder de resistir era del Señor. Cuando se hace esto, no sólo se fortalecen las verdades y los bienes que se habían implantado antes, sino que se inculcan más; siendo éste el resultado de todo combate espiritual en el que el combatiente sale victorioso."

21La Verdadera Religión Cristiana 139: “Puesto que el Señor es la verdad absoluta, todo lo que irradia de Él es verdad. Toda esta verdad se conoce como el Consolador, que también se llama Espíritu de Verdad y Espíritu Santo."

22Arcana Coelestia 6993:1-2: “Toda la trinidad, es decir, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es perfecta en el Señor, y así hay un Dios, y no tres.... En la Palabra, se hace mención de 'Padre, Hijo y Espíritu Santo' para que la gente pueda reconocer al Señor y también lo Divino en Él. Porque la gente estaba en una oscuridad tan densa, como lo están también en este día. De lo contrario, no habrían reconocido ninguna Divinidad en la Humanidad del Señor; porque esto, siendo totalmente incomprensible, habría estado para ellos más allá de toda creencia. Y, además, es una verdad que hay un Trino, pero en uno, a saber, en el Señor; y también se reconoce en las iglesias cristianas que el Trino mora perfectamente en Él."

23La Nueva Jerusalén y su Doctrina Celestial 191 195: “Las tentaciones se combaten mediante las verdades de fe que provienen de la Palabra. Las personas deben usarlas para luchar contra los males y las falsedades. Si utilizan otros medios, no ganan, porque sólo en ellos está presente el Señor..... Sólo el Señor lucha por las personas en las tentaciones. Si no creen que es sólo el Señor quien lucha por ellos y les vence, entonces sufren una tentación meramente externa, que no les hace ningún bien."