Juntos

Por New Christian Bible Study Staff (Traducido por computadora al Español)
     

Todos los días se aprende algo nuevo... como este nuevo dato, de un colega, un día de esta semana pasada:

La palabra latina que traducimos como "iglesia" es "ecclesia", que viene de la palabra griega "ἐκκλησία" (ekklesia), que proviene de la palabra "αλέω" (kaleo), o "vocación".

Una "ekklesia", en la antigua Grecia, era una asamblea de personas convocadas. No era necesariamente religiosa: a menudo se trataba de una reunión convocada para tomar decisiones comunitarias.

Esta idea lingüística me hizo reflexionar: Cuando intentamos elevar nuestros pensamientos por encima de la búsqueda mundana de comida y cobijo, y pensamos en lo que el Señor realmente nos llama a hacer, ¿nos ayuda hacerlo juntos o solos?

¿Qué dice la Biblia al respecto? Definitivamente hay algunos pasajes que dicen "juntos". He aquí algunos:

"Donde están dos o tres reunidos, allí estoy yo, en medio de ellos". (Mateo 18:20).

"Al ángel de la asamblea en Filadelfia escribe...". (Apocalipsis 3:7)

Anunciaré tu nombre a mis hermanos. En medio de la asamblea, te alabaré. (Salmos 22:22)

Y, también, hay algunos pasajes "solitarios". He aquí dos ejemplos:

Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto interior y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. (Mateo 6:6)

Cuando Daniel supo que la escritura estaba firmada, entró en su casa (ahora las ventanas de su habitación estaban abiertas hacia Jerusalén) y se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias ante su Dios, como hacía antes. (Daniel 6:10)

La respuesta de la Biblia parece ser que necesitamos AMBAS cosas. Hay una fuerza y una inspiración que provienen de reunirse y adorar unos a otros. También hay un momento en el que cada uno de nosotros tiene que profundizar y hacerlo por sí mismo. En última instancia, nadie más puede tomar esas decisiones que cambian el rumbo por ti.

Pero... en el momento de escribir esto, resulta que es domingo. El Señor nos ha llamado a una ekklesia. A veces puedes aprovechar el amor y la sabiduría divinos más fácilmente, o de una manera nueva, en una ekklesia. Es una forma de amar al prójimo, de buscar la conjunción con los buenos amores y las verdaderas ideas de otras personas.

Probablemente por eso mismo, es una parte profundamente arraigada del ser humano. Imagínese... los seres humanos llevan decenas de miles de años reunidos en torno a hogueras -hablando, cantando, haciendo música, bailando-, a menudo buscando lo Divino.